sábado, 28 de mayo de 2011

MI VIDA ENTRE LAS DROGAS

"Esas no son drogas, son medicamentos" me había dicho en son de reclamo. 

Como mi carácter y mi silencio decifraba algún "desacómodo" psicológico alguien me habló de medicamentos que "acomodaban" hasta un balín... Pero aunque la mitad del mundo quería de mí un cambio y la otra mitad quería cambiarme a las malas no atendí a ninguna parte y me quedé así, siendo como soy, ni más ni menos YO.

Sin embargo cuando el ritmo de vida laboral llegó a desbordar mis energías y se acentúo en cansancio y fátiga para corresponder al nivel exigido ví la posibilidad de pedirle a mi Médico particular una receta de anfetaminas "las amarillas," el Doctor presumió claro mi intención y recurrió al efecto placebo, pero como yo deducía que esto iba a pasar acudí al mercado negro. La cuestión fue que las píldoras solo me aceleraron el pulso, causaron insomnio, sed extrema y alucinaciones todo, menos el efecto que deseaba... Las meta anfetaminas resultaban otra opción pero para entonces decifre en la literatura el mejor narcótico... poseía el efecto de las anfetamínas pero sin efectos colaterales y más si se trataba de la literatura Nadaísta, así que tiré todo vicio por la ventana y me adherí al silencio y al oficio de ser yo mismo así al mundo no le parezca ni le plazca.