Por V.
Como lo bonito del destino es que es como la corriente del río que te empuja y te enfrenta y te puede voltear y sacar del río en un momento, pretendo hacer que mi esfuerzo valga la pena, pero como al parecer el dichoso hito de como deben hacerse las cosas esta muy acentuado y la gente mira con muy malos ojos que ande por allí diciendo que se es un intelectual y que nada importa y que lo corriente es diferente entonces es cuando prefiero desafiar el ideal común, así, desertando de la presunta civilización, del supuesto progreso. Renunciando al combustible, al dinero, al modelo de éxito, al paraíso, a creer que hay cura para todo, ¿dónde me ocultaré? por ahora en mí mismo, pueden saber lo que hago pero no lo que pienso y es cuando la libertad comienza, es cuando todo toma sentido y el arraigo a lo material desaparece.