lunes, 8 de octubre de 2012

MI REFLEJO EN EL AGUA

Por: Víctoria Carvajal_  "Esto no es el mar" había dicho, pero lo sabía, era un río de inmensas proporciones que había que surcar para llegar a un pueblito perdido de la civilización, eran ocho horas de navegación y había que hallar un sitio adecuado ya que moverse en pleno viaje era difícil y se corría el riesgo de volcar la barca. Me atreví sin embargo a extraer de entre la maleta los mensajes de los niños escritos en precarías hojas de papel con tizones, me imaginé su alegría en cuanto recibierán los lápices y los cuadernos y la plastilina y los colores. Y de eso me preocupé en cuanto comenzó una ligera llovizna amenazando convertirse en un diluvio y entonces comencé a pedir al cielo la protección necesaria . En el pueblito se quedaron esperando noticias nuestras con la bienvenida preparada, río abajo se difundió la noticia de un naufragio. Aquella vez sentí el agua en mi mejilla y lo que me salvó fue ver mi reflejo en el agua, seguí el reflejo y aunque no supiera nadar, gané la orilla donde ya no interesó tanto mi vida sino la felicidad que había sido impedida por el naufragio, sin embargo cuando logré al fin llegar al pueblito no les importó lo que les traía solo con verme sana y salva todos supieron que era el más grande regalo que el cielo les había realizado.