Por Yadira Ruíz
Las damas cobran caro...
Eminentes curvas bajo telas que derretirían el hielo, el sexo cubierto y los hombres enamorados de la presencia, los brazos y piernas solo se le exhiben al marido y con decencia, lo demás era ajeno y atrevido; incautas las damas se bañaban con camisón, se peinaban y elegantes lucían sus corpiños de la máxima altura posible, hoy en ese orden la más exitosa es la que más muestra, y la más despeinada manda la parada.