Por Antonio Carvajal
La oración es nuestro medio para hablar con Dios.
Difiero mucho de las prácticas oscuras de los exorcismos y las practicas de supuesta sanación, soy consciente que he visto el poder de la fe, he visto a gente dejar sus sillas de ruedas y muletas y bastones, he oído testimonios de fortaleza en la peor de las adversidades, hay personas excepcionales que a pesar de sus padecimientos intentan volver a su condición "normal", puedo mencionar casos de casos, unos más sorprendentes que otros, el humano es un ser prodigioso que heredo los poderes de Nuestro Señor, y que goza de todas las potencialidades para convertir cualquier lugar en un paraíso. Hay quien busca en la ciencia el inicio de la vida, y otros buscan en cambio el final, yo soy muy unido al sacramento único y formal de que el amor se manifiesta hacia los demás, pero también es un convencimiento de sí mismos, es decir amando a los demás me amo a mí mismo, difiero de quien a toda costa quiere ser "feliz" obviando a los demás. El amor y los valores están en decadencia por ese egoísmo, por esa escasez de almas puras que sientan de verdad que el servir a los demás es el primer paso para la redención.