Por César Vélez
Al mar me fui con la intención de ahogarme en mis tristezas inventadas: no tener ninguna pasión. El mar por supuesto ha invadido más costa, dicen que esta "la raya" y que de vez en cuando asoma una ballena o algún tiburón... Pero por mi parte deseo ver a esas criaturas femeninas que portan sus bikinis diminutos y que muy incautas juegan a las "sirenas".
Embelesado me doy el gusto y simulo ser el salvavidas, sin saber nadar y sin saber vivir, ninguna de estas "sirenas" se ahoga. Entonces me compro una botella de ron y entre los cangrejos y yo damos cuenta de ella, cuando se oculta el sol y me retiro, descubro en la playa unas ropas que no han sido recobradas... diviso la playa por si los dueños de los trapos fueron devorados por alguna fiera... mi inteligencia me dice que deben estar por allí devorados por el deseo y la pasión semidesnudos, haciendo de la soledad su cómplice... me pican las manos por tomar sus ropas y esconderlos y mirar la escena cuando aparezcan... como mi borrachera no me lo permite solo me dedico a enterrar en la arena los trapos... me duermo... pero la pareja no aparece y entonces desentierro los trapos y se los voy a dejar al guardacostas quien da la alarma de la pareja perdida, ¿por qué será que cuando uno quiere morir, no muere, y a veces muere quien quiere vivir? Por si aparecen o saben estos son los nombres de la pareja desaparecida en la Bahía:
Gina Helena Ruiz y Jean Marco Tejeiro
Que en pez descansen.