lunes, 14 de septiembre de 2015

No hemos patentado la Nada, ella siempre estuvo allí, llamándonos desde siempre

Por MaLeJa

"La Biblia afirma que el hombre después del coito es un animal triste" Fernando González

Ensimismados en nuestro ego como extensión del ser, quizá careciendo de esencia y de alma, de parte etérea vamos instaurando nuestro parecer ante el mundo, olvidamos que venimos es sobrando ya que no producimos sino desencanto. 

El humano nunca fue compatible con la naturaleza. Creemos que la vida es esperanza pero hoy tenemos que ver al otro lado, porque si bien en oriente se matan por ideologías y creencias contribuyendo a la disminución demográfica, acá nos matamos por algo menos: el color de una camiseta. Hoy cuando descubrimos que el tirano y opresor de otras épocas le hizo un favor al mundo al condenar a la nada a tantos seres, caso contrario ya el mundo nos quedaría pequeño y no habría lugar para tanta gente. Pienso fuimos invocados al mundo para servir de testigos del inminente fin y atestiguar si hay un más allá que fue que no aprendimos la lección: ser humildes frente a la desesperación.

Y mientras más naderías se engendran y se trata al menos de convidar de lo encantador del mundo, el conocimiento no deja de ser sino una perfecta ruta a la desesperación y al miedo. Y si apenas nacemos nos condenamos a la muerte es preferible la incertidumbre a la actitud clasista y egoísta de los coleccionistas de bienes y gente que piensan nunca tendrán que irse.

Nuestro clamor es por la duda y la metódica conciencia de que solo somos minucias oscilando en un universo proclive a volverse nada.